27 de noviembre de 2011

La perfección y la belleza

Existe una larga lista de estudios que se encargan de indagar acerca de qué es la belleza y cómo se conecta esta percepción con la evolución del ser humano. La mayoría de estos estudios, concuerdan en que la belleza es algo que estaría grabado en el ADN.

Esto implica que, por ejemplo, los rostros considerados bellos en todas las culturas son los que cumplen con una regla básica: la simetría. Parecería ser que  la naturaleza se inclina por los pares (de hecho tenemos dos manos, dos piernas, dos ojos, etc.).
Después de siglos de intentos de cuantificar la belleza, se construyó un índice que se conoce como “Proporción Dorada” o “proporción PHI”, una fórmula matemática que sirve para calcular el índice de belleza que está dado mayoritariamente por la simetría, que no se encuentra solamente en el cuerpo del ser humano, sino en toda la naturaleza.
Yo, por mi parte, y sin ánimo de contrariar todos estos estudios hechos por gente que sabe, pienso que la belleza no está regida por una fórmula universal, sino por parámetros subjetivos, socioculturales e históricos; para mí, la belleza está en esos detalles asimétricos que convierten al otro en único e irrepetible. Para mí, belleza y perfección no es lo mismo.
Toda esta introducción no es para plantear un debate filosófico ni nada por el estilo, sino solamente dar una pequeña parte del punto de vista que tengo al respecto. Y ya que este blog es sobre las cosas que considero lindas, por lo menos establezco un parámetro para definir eso de a poquito.
Ejemplos hay muchos: lunares abajo del ojo o sobre un lado del labio, hoyuelos asimétricos que asoman con una sonrisa, marcas de nacimiento sobre un hombro, etc. Pero no nos pongamos profundos, después de todo, este blog es para mostrar esas cosas banales que voy comprando por ahí y no quiero que se transforme en algo que no es, así que voy a pasar a lo que me compete: mostrarles un poquito de mi mundo.
Un día fui a comprar un regalo a Giro Didáctico y me encontré con un frasco enorme lleno de “títeres para dedo” con formas de diferentes animalitos: monos, delfines, tigrecitos, etc. Yo me puse a revolver solamente para mirar y entonces lo vi: un pingüinito que me enamoró por su asimetría, “¡tiene los ojos para cualquier lado!”, pensé. Así que les presento a mi pingu, al cual me sugirieron ponerle Néstor (jeje), pero por ahora no tiene nombre:
Mírenlo todo bonito en su deformidad XD


La foto es mala, pero igaul la subo...

El peluche es de Mascorena (no pongo la página porque realmente no hay mucho allí), una marca bastante conocida. El pingüinito me vino con una etiqueta súper monona:



Me despido por ahora, de a poquito el blog va tomando forma...




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